Cada vez son más las personas interesadas en alejarse de los productos químicos, no sólo por salud; sino también por el cuidado del medio ambiente. Gracias a este interés medioambiental la cloración salina ha tomado mucha fuerza, y también porque consigue que el agua de la piscina se sienta más suave y más cristalina a la hora de disfrutarla. Además, reduce considerablemente la posibilidad de tener piel y ojos irritados. 

El cloro es muy popular porque soluciona los tres problemas principales para mantener limpia una piscina:
1.- Desinfecta, elimina bacterias y gérmenes.
2.- Oxida, controla los desechos orgánicos como el sudor.
3.- Evita el crecimiento de algas.

Sin embargo, el cloro líquido o en pastillas tiene ciertas desventajas como un fuerte olor, enrojecimiento de los ojos y puede ser causa de reacciones alérgicas. La cloración es el procedimiento donde se busca la eliminación de agentes patógenos dentro de una piscina a través del agregado de cloro. De esta forma se desinfecta y esteriliza el agua para que los bañistas puedan relajarse sin preocupación de adquirir alguna enfermedad.

Muchas personas están buscando alternativas al uso directo de cloro en las piscinas y optando por soluciones más amigables tanto para el medio ambiente, como para la salud de los bañistas. De acuerdo con lo anterior, la cloración salina es una de las opciones que da mejores resultados, pero no se resume en sólo agregar sal a la piscina y esperar que se desinfecte y esterilice el agua. Es un proceso mucho más complejo de lo que parece, ahora gracias a la tecnología nosotros sólo necesitaremos agregar la sal. A continuación, te explicamos cómo funciona el proceso de la cloración salina.

Para hacer posible la creación de cloro a partir de agua salada se requiere instalar un equipo de cloración salina como el iChlor de Pentair. Dichos equipos contienen una celda y dos electrodos, cuyo funcionamiento es sencillamente generar polaridad positiva y polaridad negativa.

Cuando el agua salada de la alberca pasa por medio del clorador, la sal disuelta se convierte en hipoclorito sódico (NaCIO), mientras que la celda se encargará de generar cloro libre que no se degrada, y por lo tanto no tendremos ese olor incómodo a cloro que se produce por las cloraminas, tu traje de baño no perderá color y tus ojos no se irritarán. La sensación será como al bañarse con agua de regadera. 

La cloración salina paso por paso

  • Se agregan 3.5 g de sal por cada litro de agua a la piscina o 3.5 kg por cada metro cúbico.
  • El agua que contiene sal pasa a través de la celda del equipo clorador.
  • Una corriente eléctrica pasa por medio de las placas ocasionando una reacción química que es la responsable de liberar cloro.
  • Conforme el agua pasa por medio de la celda de sal, el cloro se disuelve en el agua, produciendo cloro puro que se encarga de eliminar todos los contaminantes.
  • El proceso se finaliza cuando el cloro puro regresa a la piscina y se inicia nuevamente.

La cloración salina es una inversión a futuro

Aunque parezca que un puñado de sal no puede competir con la potencia del cloro líquido, lo cierto es que es capaz de exterminar las algas, bacterias y microorganismos. Todo esto sin el potente olor que el cloro líquido despide cuando se vierte. Además, puedes olvidarte de estar manipulando productos químicos que necesitan de un cuidado especial a la hora de agregarlos a nuestra alberca. De ahora en adelante, sólo te preocuparás por vertir sal cuando sea necesario.

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